Vamos a introducir nuevas políticas para ayudar a quienes más dependen de los ingresos por reproducciones para ganarse la vida.
ACTUALIZACIÓN: Estas políticas están vigor desde el 1 de abril de 2024.
Los pagos de Spotify a la industria de la música no paran de crecer (más de 40 mil millones de dólares y subiendo), así que queremos asegurarnos de que el dinero sirva al objetivo para el que se creó la plataforma: ayudar a los artistas emergentes y profesionales.
Sin embargo, con el aumento de los fondos de regalías y la expansión del catálogo de Spotify, tres problemas que afectan al sistema de remuneraciones han llegado a un punto de inflexión. Por eso estamos trabajando codo con codo con nuestros colaboradores del sector (distribuidoras de artistas, sellos discográficos independientes y grandes discográficas, distribuidoras de sellos discográficos, artistas y sus equipos) con el objetivo de introducir nuevas políticas para (1) impedir las reproducciones artificiales, (2) distribuir mejor los pequeños pagos que no llegan a los artistas y (3) frenar a quienes intentan engañar al sistema con ruido. Aunque estos problemas solo afectan a un porcentaje pequeño del total de reproducciones, abordarlos ahora nos permitirá generar alrededor de mil millones de dólares adicionales en ingresos para los artistas emergentes y profesionales durante los próximos cinco años.
El problema: las reproducciones artificiales
Spotify invierte muchos recursos en detectar, prevenir y eliminar el impacto en las regalías de las reproducciones artificiales. Aún así, sigue habiendo infractores que intentan robar ingresos del fondo de regalías que deberían destinarse a artistas honrados y trabajadores.
Nuestra solución: cargos por reproducciones artificiales
Como medida disuasoria, a partir de principios del año que viene, empezaremos a cobrarles por canción a los sellos discográficos y distribuidoras cuando detectemos reproducciones artificiales evidentes en su contenido.
Esta nueva medida complementa la tecnología mejorada de detección de reproducciones artificiales que presentamos este año, así como la recién formada alianza contra los fraudes musicales, Music Fights Fraud Alliance.
¿Por qué?
En Spotify somos capaces de combatir las reproducciones artificiales una vez se producen en nuestra plataforma, pero lo mejor para el sector sería impedir directamente que las personas malintencionadas subiesen contenido a Spotify y otros servicios de streaming. Creemos que esta medida disuadirá a los sellos discográficos y distribuidoras de seguir distribuyendo la música de infractores conocidos que intentan apropiarse de ingresos que deberían destinarse a artistas honrados y trabajadores. Estos cargos nos ayudarán a contener todo tipo de actividad artificial en el sector y en nuestra plataforma.
El problema: pagos perdidos en el sistema
Actualmente, Spotify alberga más de 100 millones de canciones. De ellas, decenas de millones se han reproducido entre 1 y 1000 veces en el último año y, de media, han generado 0,03 $ al mes.
Como los sellos discográficos y las distribuidoras exigen un importe mínimo para retirar las ganancias (por lo general, entre 2 $ y 50 $ por retirada) y los bancos cobran una tarifa por la transacción (normalmente, entre 1 $ y 20 $ por retirada), es frecuente que los ingresos no lleguen a quienes suben el contenido. La consecuencia es que acaban olvidándose.
Sin embargo, al sumarlos, estos pequeños pagos que se ignoran han acabado convirtiéndose en 40 millones de dólares al año, con los que podríamos aumentar los pagos a los artistas que más dependen de los ingresos por reproducciones.
Nuestra solución: requisitos para la monetización de canciones
A partir de principios de 2024, las canciones deberán alcanzar al menos 1000 reproducciones en los últimos 12 meses para generar regalías de música grabada.
Spotify no ganará más dinero con este modelo. No habrá cambios en el tamaño del fondo de regalías musicales que Spotify les paga a los titulares de los derechos; simplemente, usaremos esas decenas de millones de dólares anuales para aumentar los pagos a todas las canciones que cumplan los requisitos en vez de dividirlos en pagos de 0,03 $.
¿Por qué?
Es mejor que todos esos dólares anuales se utilicen para incrementar los pagos a los artistas que más dependen de los ingresos por reproducciones, en lugar de distribuirlos en pequeños pagos que ni siquiera suelen llegar a los artistas porque no superan el importe mínimo de las distribuidoras. El 99,5 % de todas las reproducciones son de canciones que tienen al menos 1000 reproducciones anuales. Con esta política, todas ellas generarán más ingresos.
También creemos que la política eliminará una estrategia que se utiliza para intentar engañar al sistema u ocultar las reproducciones artificiales, ya que las personas que suben contenido ya no podrán generar céntimos de una enorme cantidad de canciones.
Para ver más detalles de esta política, visita el Centro de ayuda de Spotify for Artists aquí.
El problema: engañar al sistema con ruido
En la era del streaming, los géneros "funcionales", como el ruido blanco, los cantos de ballenas, los sonidos estáticos, etc., se han vuelto muy populares. Los oyentes suelen reproducir estos géneros funcionales en segundo plano durante horas y, a veces, ciertas personas malintencionadas se aprovechan de ello acortando las pistas de manera artificial y sin ningún motivo artístico para maximizar las reproducciones que generan regalías.
Por ejemplo, las canciones suelen durar varios minutos. Algunos infractores acortan las pistas de cantos de ballena a 30 segundos y las juntan todas en una lista sin que los oyentes se den cuenta para obtener unos ingresos desproporcionados.
Independientemente de la duración de la pista, las grabaciones de ruido se valoran de la misma manera que las de música. El gran incremento del fondo de regalías ha creado una oportunidad muy lucrativa para quienes suben pistas de ruido a la plataforma que va mucho más allá de su contribución a los oyentes.
Nuestra solución: nuevas políticas para las grabaciones de ruidos
A partir del próximo año, aumentaremos la duración mínima de las pistas de ruido funcional a dos minutos para poder generar regalías. Los géneros funcionales incluirán ruido blanco, sonidos de la naturaleza, ruidos de máquinas, efectos de sonido, ASMR sin contenido hablado y grabaciones de silencio.
Además, durante los próximos meses trabajaremos con los licenciantes para que las reproducciones de ruido tengan un valor inferior al de las de música.
¿Por qué?
Al establecer una duración mínima, estas pistas generarán solo una pequeña parte de los ingresos que generaban antes, ya que, si se escuchan dos minutos de grabaciones de ruido, contarán como una única reproducción con regalías, y no como cuatro. El dinero extra se devolverá al fondo de regalías para artistas honrados y trabajadores.
Esta medida también crea unas condiciones más equitativas para los artistas dentro de los géneros funcionales al eliminar el perverso incentivo de acortar las pistas de forma artificial y sin ningún motivo artístico a costa de la experiencia de los oyentes.
Estas políticas reajustarán los ingresos potenciales que pueden obtener quienes suben ruido. En este momento, la cantidad es tan alta que estas personas inundan los servicios de streaming con grabaciones de ruido indistinguibles esperando generar tráfico suficiente para conseguir regalías.
Seguiremos informando sobre las últimas noticias a medida que vayamos aplicando estas iniciativas el año que viene. Encontrarás más información sobre cómo funcionan las regalías en Spotify en Loud & Clear.