Prácticas recomendadas
Qué hacer y qué no al contratar un abogado
Los abogados son una parte indispensable de la gestión de tu carrera. Hemos preguntado a unos cuantos por qué es importante encontrar a uno y cuándo hay que hacerlo.
Los abogados arrastran mala reputación desde hace cientos de años. "Matemos a todos los abogados", dice Dick el Carnicero en la parte dos de la obra Enrique VI , de Shakespeare. Pero, seguramente, el Carnicero habría cambiado de opinión si hubiera tenido que analizar los términos de un contrato de licencia de sincronización o negociar los detalles de una autorización de muestras. El hecho de que los músicos tengan que lidiar con un sinfín de mareantes asuntos legales a lo largo de sus carreras significa que un buen abogado puede convertirse en uno de los miembros más valiosos de su equipo.
Sin embargo, no se puede culpar a los jóvenes artistas por su indiferencia hacia la legislación musical. Al fin y al cabo, nadie se mete en la música por amor a los contratos. Por eso es muy importante saber cuándo, cómo y por qué contratar a un abogado: se encargará del ámbito jurídico para que puedas concentrarte en el importante trabajo de hacer lo que te apasiona.
Quizá te sorprenda saber de qué maneras los abogados pueden ser benefactores en prácticamente todos los aspectos de tu carrera; desde cerrar contratos de merchandising hasta los honorarios de las giras y la propiedad intelectual asignada a tus composiciones. ¿Necesitas negociar la comisión de tu representante? Déjalo en manos de tu abogado. ¿Quieres contratar a un productor o remezclador? ¿Abogado? ¿Abogado? ¿Estás ahí? Piensa que tendrás que pagar el anticipo de tu colaborador o su parte de las regalías. ¿Una producción cinematográfica o de televisión quiere permiso para usar tu música? Podría suponerte grandes complicaciones a largo plazo, así que mejor llama a Saul.
Para ponerte al día con los conceptos básicos, hemos hablado con tres abogados musicales veteranos y hemos reunido sus consejos a continuación. Si quieres saber más sobre cómo formar un equipo de expertos que te ayuden en tu carrera, no te pierdas este episodio de nuestra videoserie original The Game Plan .
Contacto
"Los músicos no saben todo lo que no saben, y eso es lo que más miedo da", dice Colin Maher Esq., propietario de Whiskey Ghost Entertainment LLC en Nashville. "Cuando tengas que firmar algún documento o pienses en colaborar con alguien, te aconsejo que antes llames a un abogado".
Señala que pedir consejo a un abogado musical no entraña ningún riesgo. "Un abogado no te va a cobrar por hacer una pregunta. Si lo hace, no deberías trabajar con él".
Piensa en tu música como un negocio
Vladimir Radovanov Esq., un abogado musical de Los Ángeles, indica que el equipo de un artista puede ser considerado como una entidad corporativa. "El representante es el CEO, el gestor de negocios es el CFO, el abogado es el asesor jurídico, mientras que el artista es el propietario de todas las acciones de la empresa y, en última instancia, tiene derecho a aprobar cualquier decisión que se tome".
Maher está de acuerdo. "Eres emprendedor. Como tal, esperas tener mucho éxito con tu música. Por eso debes ver la canción que vas a grabar como un tema con valor multimillonario, no como una grabación por la que pagas 500 dólares, porque ahí es precisamente donde está el problema. Tienes que tener todo claro desde el principio".
Nunca pagues por actuar
Tal vez hayas visto anuncios que te ofrecen la oportunidad de actuar en un prestigioso recinto o en un concurso de talentos al que asisten "gurús musicales". Esta oportunidad puede ser tuya si compras 15 entradas por adelantado (que, por supuesto, puedes vender a tus amigos) o si rellenas algunos papeles que permitan a los organizadores obtener los derechos de una o más de tus canciones.
Annie Lin, que antes de iniciar su carrera como abogada musical en San Francisco fue compositora y cantante, advierte a los artistas para que tengan cuidado con estos ardides. "Cuando te dedicas a las artes creativas, el trabajo que haces puede ser tan personal y significativo que a veces los artistas ven oportunidades cuando lo que hay realmente es riesgo", dice.
"No me gusta ver cómo los artistas, movidos por la desesperación o la falta de información, se comprometen a pagar por tocar. Los artistas pueden pagar las herramientas, por supuesto, pero si alguien de la calle se te acerca y te promete este mundo y el otro a cambio de firmar un contrato, espero que tengas los recursos necesarios para valorar si es una buena oportunidad".
El único límite es el cielo, pero las cosas pueden torcerse
"Si voy a abrir una cafetería con un colaborador, tendré que fijar los términos del negocio antes de empezar", dice Maher, que recalca la importancia de hablar claro desde el principio. ¿Tu grupo es una empresa, o es una sociedad de responsabilidad limitada? A Hacienda le interesará saberlo una vez que empieces a ganar dinero. ¿Son todos los miembros de la compañía colaboradores a partes iguales? ¿Todo el mundo puede irse cuando quiera? ¿De quién es el nombre del grupo?
En una ocasión, Maher aconsejó a un grupo que firmaran un acuerdo interno, pero no llegaron a pactar quién sería el propietario, y en que proporción, de los derechos de sus composiciones y grabaciones masterizadas. Después de que el grupo se separara, se desató una encarnizada batalla legal.
"Para los artistas es difícil pensar de esta manera, porque crean arte y lo hacen con sus amigos, y parece que todo es perfecto. Pero tienes que imaginar cómo sería la situación si la cosa no acaba bien, y dejar todo preparado mientras dure la calma y antes de que lleguen los problemas. Siempre que hablo de esto, la gente se siente muy incómoda. Se ponen de acuerdo incluso en sentirse incómodos, y eso es porque no quieren tener que hablar de estos temas. Pero lo que no quieres de ninguna manera es que la caja de Pandora estalle cuando hay millones de dólares sobre la mesa".
¿Hay (con)trato o no?
Radovanov considera que hay tanto momentos adecuados como inadecuados a la hora de firmar un contrato discográfico. "Hay que saber en qué punto de tu carrera te encuentras y tener la valentía de decir 'Ahora no'".
Esta capacidad de declinar una oferta o, como dice Radovanov, de "apostar por uno mismo", permite a los artistas y a sus abogados alcanzar el mejor acuerdo posible. "Voy a contaros un cuento con moraleja", continúa. "Puede que un día cualquiera alguien os ofrezca hacer un trato. Hacéis todo lo que está en vuestra mano para cerrar ese trato porque pensáis 'Lo conseguimos. Esto es lo que estábamos esperando'". Vuestro disco sale a la venta, no tiene éxito, y se acabó el trato. Es una situación extremadamente demoledora, y ahora sois 'productos dañados'. Si no contáis con un gran impulso (sobre todo, de los fans), entonces puede ser contraproducente firmar un acuerdo".
Por la misma razón, Radovanov dice: "Si estáis en un momento en el que todo empieza a ir viento en popa, rechazar un trato solo significa que, probablemente, vendrán muchos otros detrás. En ese momento estaréis en mejor posición para negociar, porque partiréis con ventaja".
Implícate
Aunque los abogados de los artistas estén, según Lin, "obligados por compromisos jurídicos y éticos a representarte incansablemente", es imperativo que un artista también tome cartas en sus asuntos. Radovanov dice: "Si los artistas comprenden las consecuencias de firmar el acuerdo, entonces pueden ponerse firmes a la hora de decidir cómo quieren estructurarlo, lo que me permite crear mejores concesiones".
"Antes de revisar un contrato", dice Maher, "me gusta preguntar a mis clientes '¿Qué creéis que pone ahí?' o '¿Qué debería poner aquí?'".
Puede que muchos artistas no tengan una habilidad especial para cerrar el trato perfecto, pero a menudo es solo cuestión de que se impliquen en el proceso (el hecho de trabajar en ello, aunque sea solo un poco, puede marcar una gran diferencia). "El último recurso", dice Radovanov, "es acudir al libro de Donald Passman ( All You Need to Know About the Music Business [Todo lo que debes saber sobre el negocio de la música]). Cualquiera que quiera entrar en este negocio o comprenderlo debería tener una copia de ese libro siempre a mano.
"Nuestros clientes son quienes nos dan fuerza", continúa. "Podemos hacer muchas cosas cuando nuestros clientes están dispuestos a implicarse en vez de limitarse a decir 'Hazlo tú por mí, yo no quiero saber nada de eso'".
— Nate Baker
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