Este material se ha preparado exclusivamente con fines informativos. No pretende dar consejos en temas de salud y no se debe utilizar con este fin. Te recomendamos que consultes a tus propios asesores o profesionales de la salud mental antes de tomar cualquier decisión personal.
Crear música siempre ha sido una profesión intensa, a menudo llena de incertidumbres de todo tipo (ya sea por el tiempo o el dinero) que pueden causar un gran estrés. Asimismo, la pandemia ha causado estragos en la vida de muchos artistas que siguen lidiando con sus consecuencias a día de hoy. El Dr. Joe Barnby, músico y neurocientífico en el ámbito de la salud mental, ha compartido con Spotify for Artists las conclusiones que ha extraído tras investigar si la COVID-19 ha añadido factores de estrés que sean específicos de esta profesión.
"Los datos que han aparecido durante la pandemia han hecho aún más evidente quién es más proclive a sufrir depresión y ansiedad", dice Barnby. "Lo que diferencia a los músicos de otras profesiones es que normalmente no suelen tener asegurada la estabilidad financiera. Por desgracia, cuando irrumpe un suceso inesperado que nos obliga a adaptar la forma que tenemos de vivir, como ha pasado con la COVID-19, puede llegar a ser muy difícil seguir dedicándote a la música".
Casi dos tercios de los participantes de la encuesta Wellness in Music de MusiCares que se llevó a cabo en 2021 afirmaron sentir estrés económico a diario. Por otra parte, más de una cuarta parte declaró pasar por una depresión moderada o grave.
"Al no tener ningún tipo de estabilidad económica, las personas con ingresos irregulares sufren un estrés mucho más acrecentado. Los músicos sienten que no se pueden permitir disfrutar de una buena vida haciendo lo que más les gusta, como escribir o producir música, ni costearse una vivienda o tener suficiente dinero para comer".
El aislamiento es uno de los principales factores de riesgo para los músicos, una situación que se multiplicó cuando el confinamiento y las demás restricciones obligaron a interrumpir las redes de apoyo y de carácter social, esenciales para una buena salud mental. Aunque este año parece haber mejorado la situación, Barnby considera que "todavía no somos capaces de hablar e interactuar con la gente como antes. No tenemos la espontaneidad social a la que estábamos acostumbrados". Para combatirlo, dice que es importante "tener a tu alrededor gente con la que puedas contar para hablar sobre lo que te preocupa y que te pueda apoyar emocionalmente".
Contar con una comunidad de músicos afines es clave para hacer frente a los diferentes tipos de estrés que se van acumulando. "Tener un foro en el que poder debatir ayuda mucho", dice Barnby. "Hablar de los problemas que afectan a todo el mundo te permite encontrar una solución en grupo. Así no solo depende de ti".
Además de contar con alguien en quien confiar, también es importante seguir "las pautas habituales que se recomiendan para tener una buena salud mental, como hacer ejercicio, comer bien y descansar lo suficiente".
"Sabemos lo importante que es dormir para regular la cognición y las emociones o para lidiar con el estrés durante el día. Si tienes un horario de sueño totalmente irregular, es más probable que tengas más predisposición a una peor salud mental y que te resulte mucho más difícil poder gestionar los problemas comunes del día a día".
"Existen indicios sobre la relación entre el intestino y el cerebro que nos llevan a pensar que lo que comemos afecta a nuestro bienestar. Nuestro entorno social puede fomentar una alimentación mejor o peor. Si tu agenda siempre está muy apretada, no tendrás tiempo de preparar platos nutritivos, y comer alimentos que no fomenten una microbiota intestinal saludable te hará más proclive a una peor salud mental".
Según Barnby, "el arte y la cultura son importantes para una sociedad sana y funcional". Y cree que eso apunta a la necesidad de "ayudar a los músicos que no lo están pasando bien y que, en otras circunstancias, podrían contribuir enormemente a la sociedad".
